miércoles, 30 de enero de 2013

LA "D" ES MUDA, LA VENGANZA NO LO SERÁ.


DJANGO DESENCADENADO. Título original: Django unchained. Dirección: Quentin Tarantino. Guión: Quentin Tarantino. Fotografía: Robert Richardson. Música: Varios. Intérpretes: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Samuel L. Jackson, Kerry Washington, Don Johnson. Premios y candidaturas: Globo de oro al mejor actor de reparto (Christoph Waltz) y al mejor guión. 5 nominaciones al Oscar (Película, actor de reparto, guión original, fotografía y montaje de sonido)

La anterior y celebrada película de Quentin Tarantino, "Malditos bastardos" nunca terminó de convencerme. Aunque contaba con muchas virtudes, me pareció que su autor pasaba de sus habituales diálogo ingeniosos a otros innecesariamente alargados y tediosos que lastraban el ritmo del film. Es cierto que esta nueva producción  tiene  un tramo que se podía haber acortado  fácilmente y en el que la narración se estanca, pero la película vuelve a salir a flote y los peores temores se disipan a golpe de tiroteo y chorros de sangre.
 En "Django desencadenado" el norteamericano rinde homenaje a los spaghetti westerns de los sesenta y setenta. De hecho, el nombre de Django está tomado de una serie de películas especialmente violentas que protagonizó Franco Nero, quien tiene un divertido cameo en el film.



"Django desencadenado" ofrece un cine explosivo, tremendamente divertido y una original puesta en escena que es ya una marca de su autor. Además, contiene momentos realmente brillantes como la hilarante escena de la ridícula discusión entre los miembros del Ku-Klux-Klan  o la aparición del personaje interpretado por Samuel L. Jackson, un criado negro que desprecia a los de su propia raza. Aunque si hablamos de interpretaciones y dejando a un lado los buenos trabajos de Jamie Foxx o Leonardo DiCaprio, el que verdaderamente está sobresaliente es, una vez más, Christoph Waltz.

De izquierda a derecha: DiCaprio, Waltz, Jackson y Foxx.

 Tarantino consigue una vez más que el público se meta de lleno en su particular cine, liberándose de sus cadenas y rompiendo con la esclavitud de la corrección. Así pues, aplaudimos cada balazo y nos entregamos entusiasmados a un sano gamberrismo  que no es más que la terapéutica evasión que nos ofrece el buen cine. En definitiva y salvando el citado bache en su argumento, uno acaba de ver "Django desencadenado" con la sensación de haber disfrutado al máximo.


CALIFICACIÓN: 7-8


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